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Entrevista al profesor Hoppe | Interview with Professor Hoppe

This is a interview with Hans-Hermann Hoppe made by Antonio Muñoz Ballesta y Silvia Cabrera Ballester, and originally published in Spanish. The original publication can be found here.

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Entrevista al profesor Hoppe

Entrevista realizada por Silvia Cabrera Ballester, 2° Periodismo, Universidad Rey Juan Carlos, Madrid, y Antonio Muñoz Ballesta, profesor de Filosofía.

La localidad murciana de Puerto de Mazarrón fue el escenario elegido para la celebración de los IV Encuentros de Humanidades y Filosofía el pasado mes de abril. Para el acto, se contó con la colaboración del filósofo y economista alemán Hans-Hermann Hoppe, autor de libros como El mito de la defensa nacional y Una teoría del socialismo y el capitalismo, entre otros. Su última obra, Monarquía, democracia y orden natural: Una visión austriaca de la era americana. Ediciones Gondo. Madrid, abril 2004, Traducción y prólogo de Jerónimo Molina, en la que se centró la conferencia, propone una nueva forma de interpretación histórica de los Estados, y de la sociedad, a través de la demolición de tres mitos: el primero es el mito de que el Estado ha sido la «causa» del progreso de la civilización, el segundo mito es el que sostiene, igualmente, que ha sido un «avance» la transición histórica de las «monarquías absolutas» a los «Estados democráticos», y el tercer mito es el «pensar» que no existe una alternativa a las democracias sociales occidentales según el modelo de los EEUU.

El profesor de la Universidad de Nevada, Las Vegas (USA), junto con D. Jesús Huerta de Soto, es el mayor representante de la escuela austriaca de economía en la actualidad, explicó magistralmente, ante una sala repleta de un interesado público, que según las tesis de la economía de la escuela austriaca y según «principios evidentes», los tres mitos mencionados deben ser erradicados de las mentes de los «intelectuales» y de la gente en general, ya que se tratan de tres «creencias falsas». La sociedad civilizada ha avanzado «a pesar» de los Estados y sus guerras: «Las guerras entre los Estados han causado, nada más que en el siglo XX, 170 millones de muertos, y la mayoría de dichas personas eran civiles» —sentenció Hans-Hermann Hoppe en un momento de la conferencia.

La implantación de una mayor intervención estatal ha significado, según Hoppe, «el triunfo del monopolio» y «el dominio de lo más peligroso para la libertad», entre otras cosas, «porque, contrariamente a lo que se suele pensar, la “democracia” no ha supuesto un avance económico y moral». Hoppe expresó la posibilidad del colapso de la economía occidental «más tarde o más temprano, tal como sucedió con la URSS hace trece años» porque «la teoría económica (de la escuela austriaca) demuestra que el sistema económico del Estado del “bienestar” no es, en modo alguno, un sistema estable». Subrayó, asimismo, en la entrevista y en la conferencia que es necesaria una «mayor entrada libre de las empresas privadas en todos los sectores de la producción y comunicación» y la implantación generalizada de lo que denomina «un orden natural» en el que «en vez de un “Orden Mundial” (inevitablemente controlado por los Estados Unidos), tendríamos un mundo basado en decenas de miles de diversos países, regiones o cantones y cientos de miles de ciudades libres independientes como las hoy pintorescas Mónaco, Andorra, San Marino, Liechtenstein, Hong- Kong, Singapur, Bermuda, etc.» para llegar, por fin, a un orden en el que «toda la tierra y demás bienes y factores de producción sean de propiedad privada».

Durante el coloquio, Hoppe expuso la destrucción a la que está sometida la sociedad civilizada a través de los monopolios y los «representantes» democráticos, pues no se preocupan por respetar «el capital» de las propiedades privadas de sus ciudadanos, y fomentan, en cambio, las guerras, los delitos, y la «vida al corto plazo». Solamente podría paliarse la situación actual, así descrita por el profesor Hoppe, mediante la creación de agencias de seguros privadas (en competencia mutua por la defensa de sus clientes) que actúen en pro de un pluralismo en la actividad productiva y donde los clientes, esto es, las personas privadas «en su responsabilidad», podrían ir provistos de armas de fuego con el fin de aumentar su seguridad; haciendo cada vez menos necesarios el monopolio «estatal» en la «defensa nacional». El nuevo modelo de sociedad (el «orden natural») que, en definitiva, planteó Hoppe, durante la celebración, estaría regido, en un primer momento, por pequeños gobiernos liberales y económicamente integrados. Si el objetivo se consigue, obtendremos una sociedad más libre, justa y equitativa. Al finalizar la conferencia y el coloquio, el profesor Hans-Hermann Hoppe, muy amablemente, contestó a unas breves preguntas:

Entrevistador: Señor Hoppe, ¿cuáles son las principales diferencias entre la escuela austriaca y la escuela de Chicago?

Hoppe: La escuela de Chicago desacredita el pago de los impuestos en Estados Unidos. Los «americanos» pagan sus impuestos en doce cantidades iguales a lo largo del año en lugar de pagarlo todo en una sola vez. Esto incrementa los ingresos y los impuestos del Estado. Sin embargo, la escuela austriaca niega como fuente de ingresos obligatorios los impuestos. Los «austriacos» (von Mises…) creen en el pago de los impuestos por un mínimo de servicios tales como la defensa del país, la justicia y la policía para la seguridad personal. Estos dos últimos, en mi opinión, podrían ser privatizados.

Entrevistador: Hoy en día, a usted se le considera el máximo representante de la escuela austriaca, pero también se le acusa de utópico al preconizar la desaparición del Estado. ¿Qué tiene que decir ante este reproche?

Hoppe: No es válido. La raza humana nunca cambia su naturaleza, siempre habrá malas personas que roben, maten, violen… Si tú encargas a un gobierno la seguridad mediante la vía policial, estos trabajadores funcionarios podrán o no hacer un buen trabajo. En este sistema de impuestos se paga a la policía, ya sea esta buena o mala, no se puede cambiar esto, ya que pagamos impuestos. Sin embargo, los austriacos creen en pagar a un sector privado por cada servicio. Eso significa que podemos cambiar de «empresa de seguridad» si los servicios no son buenos, es decir, podremos no pagar por malos servicios. En el sistema de impuestos actual se producen servicios muy pobres, gente inefectiva y perezosa que de cualquier manera que realice su trabajo siempre será abastecida por el gobierno.

Entrevistador: En su teoría se le da mucha relevancia a la labor de las compañías de seguros, pero, ¿cómo se podría evitar el acuerdo entre las compañías de seguros para convertirse en nuevos Estados?

Hoppe: Es muy difícil que esa competencia entre las compañías de seguros (dedicadas a la defensa privada) se limite porque lo que las compañías de seguros intentan siempre es obtener una ventaja competitiva sobre las otras y conseguir así la mayor cantidad de clientes. Pero, en cualquier caso, y aunque es muy complicado que esto se produzca, también hay que ser consciente de que existe el riesgo, y se cree un monopolio, y cuando este se produzca se deben crear nuevas compañías que intenten romperlo y volver a competir, ya que los monopolios siempre producen peores servicios y más caros.


Las casi tres horas del acto nos habían llevado ya, sin ninguna clase de aburrimiento, hacia las 23.30 horas de una formidable noche de miércoles santo «filosófico», y en ese preciso momento se nos invitó por la Asociación de los Encuentros, y junto al profesor Hoppe y Margaret, su señora, a una «pequeña y sabrosa cena» en una terraza del Hotel La Cumbre, con unas maravillosas vistas a toda la bahía de Mazarrón. Las preguntas y el debate continuaron con el profesor Hoppe y entre un nutrido grupo de asistentes. La Asociación de los Encuentros de Humanidades y Filosofía dio, una vez más, y especialmente, las gracias por la ayuda y colaboración prestada en la visita a España (Madrid, 2 de abril, y Mazarrón, 7 de abril) de Hans-Hermann Hoppe, a los profesores D. Jesús Huerta de Soto, y D. Jerónimo Molina (SEPRM), y a D. Román Gil y D. César Cobos.


El artículo original se encuentra aquí.